Polos opuestos se atraen. ¿Mito o realidad?


  • Escuchar que los polos opuestos se atraen, es bastante familiar y durante mucho tiempo se ha querido aplicar este principio en cuestiones del amor. Yo diría que esta connotación solo aplica para la física… En el amor no es muy conveniente dejarse llevar por esta simple frase, y pensar que dará buenos resultados unirse con una persona opuesta a ti en todos los sentidos, creyendo que solo por la atracción que existe, funcionará.
    No digo que no sea posible, puesto que sí existen grandes posibilidades de llegar muy lejos en una relación donde ambas personas sean opuestas en la mayoría de las cosas. Por ejemplo: parejas con diferentes culturas, filosofías, ideologías políticas, gustos, entre otras, han logrado formar muchos hogares y permanecer juntas con el tiempo. Pero no en todos los casos sucede, ya que existen grandes diferencias que no en todas las parejas llegan a ser tolerables.
  • La importancia de tener cosas en común

    Es cierto que cada persona debe tener un carácter definido y su personalidad propia, además de criterio propio que nunca se debe perder. De hecho, ya el ser hombre o mujer nos hace diferentes en muchas cosas: en la forma de pensar, sentir, amar. Pero en el matrimonio es muy importante coincidir en la mayoría de las cosas. Esto hará mucho más fácil la convivencia en pareja. Dos polos opuestos en todo, difícilmente la llevarán bien y casi siempre será una lidia a la hora de tomar decisiones en conjunto.
    Hay parejas que apenas sobreviven a la convivencia por las grandes diferencias que tienen entre sí. Es por esto que es muy importante que tomes en cuenta las similitudes que tienes con tu pareja y la capacidad de acuerdo que logran tener durante la relación de noviazgo. Por eso, yo apuesto a que mientras más cosas en común tengan, más se verá favorecida su relación. Algunas de las cosas más relevantes que deben tener en común son:
  • Compartir la misma fe

    En la medida posible, evita que tu fe sea opuesta a la de tu pareja. A la larga, esto siempre traerá problemas. Uno de los más comunes ocurre cuando llegan los hijos y viene el momento de tomar la decisión de en qué iglesia bautizarlo. Este tan solo es un caso entre muchos otros que pueden presentarse solo por no compartir la misma fe.
  • Estilo de vida

    Compartir el mismo estilo de vida sin duda es necesario. Cuando no se compagina en éste, surgen las contiendas por preferir el trabajo, la iglesia, el deporte, los viajes misioneros, las fiestas, etc., por encima de tu pareja. Una de las partes con el tiempo se verá afectada, porque no todas las parejas logran acostumbrarse y aceptar el ritmo de vida del otro, cuando es tan distinto al propio.
    Por lo demás, cosas como qué comer, lugares preferidos o la música favorita, no necesariamente serán las mismas y esto no tiene por qué afectar su relación ahora, ni a largo plazo. Sin embargo, en todo debe existir el poder del acuerdo entre los dos. Recuerda, entre más afinidad haya, mucho mejor.